La historia de Anne G.

Anne G., de 36 años, vive en Hawái y empezó a fumar cigarrillos a los 15 años. Fumó durante 10 años. Anne luchó contra la depresión y la ansiedad. Fumaba porque pensaba que la ayudaba a sobrellevar algunos cambios importantes en su vida, como demasiadas mudanzas, el divorcio de sus padres y los problemas de salud de su padre.
Cuando su padre se enfermó de manera terminal, Anne se hizo cargo de él. Después de la muerte de su padre, la depresión de Anne empeoró.
Cuando Anne tenía 25 años, comenzó a pensar en cómo fumar estaba afectando su salud, sus finanzas y sus relaciones. Redujo la cantidad de cigarrillos que fumaba cada día durante los siguientes tres meses. Fumó su último cigarrillo después de cenar un viernes por la noche.
Dejar de fumar inspiró a Anne a encontrar un trabajo que le encantaba como especialista en el tratamiento del consumo de tabaco. Empezó a comer de manera más saludable. Anne empezó a pasar tiempo con amigos que no fumaban. También encontró nuevas actividades, como practicar yoga, hacer ejercicio y dar paseos con su perro sin fumar. A Anne le gusta caminar porque disfruta pasar tiempo en la naturaleza. Su familia estaba muy orgullosa de su nueva vida, especialmente su hermana, quien es uno de sus mayores apoyos. Anne está más feliz que nunca con todo lo que ha logrado después de dejar de fumar.
“Dejar de fumar fue lo mejor y lo más difícil que he hecho en mi vida”, dice.
Anne conoció al amor de su vida tres años después de que dejó de fumar. Se casaron y ahora tienen una hija pequeña. Está comprometida a brindarle a su hija la infancia sin humo que ella no tuvo.
La biografía de Anne G.
Anne G., que ahora tiene 36 años, creció en Hawái y comenzó a fumar cigarrillos a los 15 años. Fumó durante 10 años porque pensaba que la ayudaba a afrontar algunos cambios importantes en su vida, como demasiadas mudanzas, el divorcio de sus padres y los problemas de salud de su padre. Cuando era adolescente, les robaba cigarrillos a sus padres y los fumaba con sus amigos. Luchaba contra la depresión, y el constante ir y venir entre las casas de sus padres la hacía sentirse aún más deprimida y preocupada. Empezó a fumar porque pensó que la ayudaría a salir adelante.

“Los sentía como mis mejores amigos”, dice Anne. “Fumar era lo que sentía que podía hacer cuando las personas en mi vida no estaban allí para ayudarme”, agrega.
Cuando su padre se enfermó de manera terminal, Anne se hizo cargo de él. Cuando él descubrió que ella fumaba cigarrillos, se sintió realmente triste y molesto. “Recuerdo que me dijo: ‘¿Estás tratando de romperme el corazón?´”, cuenta.
Después de la muerte de su padre, la depresión de Anne empeoró. Empezó a beber mucho alcohol y a fumar más cigarrillos. Su familia estaba preocupada por ella y la animó a buscar ayuda, por lo que acudió a un psiquiatra. Comenzó a tomar medicamentos, pero seguía fumando.
Cuando Anne tenía 26 años, comenzó a pensar en cómo fumar estaba afectando su salud, sus finanzas y sus relaciones. Redujo la cantidad de cigarrillos que fumaba cada día durante los siguientes tres meses. Fumó su último cigarrillo después de cenar un viernes por la noche.
“Estaba sola en mi patio y le dije a ese cigarrillo que era un amigo falso”, recuerda Anne. “Quería una nueva vida sin fumar”, afirma.
Dejar de fumar inspiró a Anne a mejorar su vida de muchas maneras, y a como tener una alimentación más saludable. También la llevó a seguir una carrera profesional en el sector de la salud, trabajando como especialista en el tratamiento del consumo de tabaco. Anne empezó a pasar tiempo con amigos que no fumaban. Encontró nuevas actividades como practicar yoga, hacer ejercicio y pasear con su perro. A Anne le gusta caminar porque disfruta pasar tiempo en la naturaleza. Su familia está muy orgullosa de su nueva vida, especialmente su hermana, quien es uno de sus mayores apoyos. Anne está más feliz que nunca con todo lo que ha logrado después de dejar de fumar.
“Dejar de fumar fue lo mejor y lo más difícil que he hecho en mi vida”, dice Anne.
Anne conoció al amor de su vida tres años después de dejar de fumar. Se casaron y ahora tienen una hija pequeña. Está comprometida a brindarle a su hija la infancia sin humo que ella no tuvo.
“Todos los niños merecen un comienzo en la vida sin estar expuestos al tabaco y sus daños”, dice Anne. “Me siento muy orgullosa de que nunca la voy a exponer al humo de segunda mano, agrega”.
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